El próximo jueves, 20 de noviembre, a las 8 de la tarde, tendrá lugar la presentación de dicho libro en el salón del círculo Agrícola Mercantil Villenense.
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Documental «VILLENA 50.000 años de Historia», proyección realizada el 28-3-2025 en el C.A.M.V.
Documental «Villena, 50.000 años de historia»
Antecedentes
El 6 de diciembre de 1976 se celebró en nuestra ciudad el día de la provincia, organizado por la Diputación Provincia de Alicante (hace 49 años) y entre los actos que se llevaron a cabo se presentó el libro VILLENA, PREHISTORIA, HISTORIA Y MONUMENTOS, de nuestro paisano y director del museo arqueológico don José M.ª Soler García.
El contenido de sus páginas dio una idea a
tres jóvenes villenenses, aficionados a la fotografía y al cine en super 8 y,
allá por el año 1978, les surgió la posibilidad de realizar una película con la
historia de Villena.
Se pusieron en contacto con Soler, quien puso
todo el entusiasmo en el proyecto.
La película se rodó en film de 8 m/m con
sonido en directo. Con dos cámaras Bouliere de objetivo intercambiable se
fueron realizando la toma en dos ángulos distintos. Pedro Albuixech
Hernández era el que entrevistaba a Soler y José Luis Moltó
Poveda y Fernando López Hurtado actuaron como cámaras.
Tardaron aproximadamente un año y medio en la
filmación y el montaje de la película. Las tomas en el campo se realizaron los
sábados y algunos domingos por la mañana y las de interior los viernes por la
noche.
Crónica de la proyección, con motivo su proyección en la Semana Cultural de la Expo-Fiesta 82. Lunes, 22 de marzo 1982
Se realizó la proyección de un documental titulado «VILLENA, 50.000 AÑOS DE HISTORIA», obra de los realizadores locales «Pedro Albuixech Hernández, José Luis Moltó Poveda y Fernando López Hurtado», todos ellos de «Producciones Cinematográficas Villena».
Don José María Soler García, director del museo arqueológico local, relata
todos los descubrimientos habidos en nuestra comarca, que describen el largo
período antes citado, ofreciéndonos panorámicas de las cuevas «El Lagrimal»,
«Huesca Tacaña», «Huesa Grande», Cueva de las «Lechuzas», «Casa de Lara»,
«Cabezo Redondo» y así un sinfín de paisajes locales, auténticas joyas de
períodos pasados, todo ello complementado con la exhibición de piedras, recipientes,
vasijas y demás artilugios, que se conservan actualmente en el Museo antes
citado.
Pero si todo esto había
despertado un gran interés en los asistentes, más se dejó notar cuando le tocó
el turno al «TESORO DE VILLENA», con
una descripción minuciosa del lugar donde fue hallado, así como de todas las
piezas que lo componen, oyéndose en la sala verdaderas sorpresas de admiración
ante tan valiosa documentación.
Villena, viernes 28 de marzo 2025 «Proyección del documental: VILLENA 50.000 AÑOS DE HISTORIA»
Villena en el Siglo XVI: Un Análisis Histórico
Villena en el Siglo XVI: Un Análisis Histórico
El siglo XVI fue un periodo de transformaciones
significativas para Villena, una localidad situada en la actual Comunidad
Valenciana, España. Durante este tiempo, la ciudad experimentó cambios
políticos, económicos y sociales que marcaron su desarrollo y su papel dentro
del Reino de Valencia y la Monarquía Hispánica.
1. Contexto
Político e Institucional
Villena en el siglo XVI formaba parte de la Corona de
Castilla tras su incorporación en el siglo XV. Este siglo estuvo marcado por el
auge del absolutismo monárquico bajo los reinados de los Reyes Católicos y sus
sucesores, Carlos I y Felipe II. La ciudad, que había sido un importante
señorío de los Manuel y posteriormente del Marquesado de Villena, vio reducida
su autonomía local en favor de un control más centralizado por parte de la
Corona.
2. Transformaciones
Económicas
La economía de Villena en el siglo XVI estuvo basada en la
agricultura y la ganadería, con cultivos de cereales, vid y olivo, así como la
explotación de recursos forestales. Además, la ciudad mantenía una tradición
artesanal, destacando la producción de tejidos y la cerámica. Sin embargo, la
economía también sufrió crisis periódicas debido a malas cosechas, plagas y
fluctuaciones del comercio, lo que generaba episodios de hambruna y emigración.
3. Sociedad
y Cultura
La sociedad villenense del siglo XVI estaba estratificada,
con una nobleza local que mantenía privilegios y una creciente burguesía que se
dedicaba al comercio y la artesanía. La mayoría de la población, sin embargo,
era campesina y dependía del trabajo agrícola. La influencia de la Iglesia era
notable, con la construcción y renovación de templos y monasterios, y una
fuerte presencia de la Inquisición para controlar las costumbres y la religión
de la población.
El siglo XVI también fue testigo del impacto de la expulsión
de los moriscos, decretada a finales de la centuria y llevada a cabo en las
primeras décadas del siglo XVII. La comunidad morisca, que desempeñaba un papel
crucial en la economía agraria, fue obligada a abandonar la región, lo que
provocó una importante pérdida demográfica y económica.
4. Infraestructura
y Urbanismo
Villena conservaba su estructura medieval con su castillo
como símbolo del poder local. Sin embargo, el crecimiento urbano del siglo XVI
trajo consigo mejoras en infraestructuras como caminos, plazas y sistemas de
abastecimiento de agua. A lo largo de la centuria, la ciudad se consolidó como
un núcleo importante en la región, favoreciendo su desarrollo comercial y
social.
Conclusión
El siglo XVI fue un periodo clave en la historia de Villena,
caracterizado por su integración en el sistema político de la Monarquía
Hispánica, el auge y crisis de su economía agraria, la transformación de su
sociedad y los cambios urbanos. A pesar de los desafíos, la ciudad logró
mantenerse como un enclave relevante en el levante español, sentando las bases
para su evolución en los siglos posteriores.
«Jacobo Florentín, Francisco Florentín y Jerónimo Quijano» artistas destacados del siglo XVI y que desempeñaron una gran actuación en Villena
Detalle de tres grandes personajes, que influyeron notablemente en Villena durante el siglo XVI.
Jacobo Florentín
Jacobo casó en España con
Juana de Velasco, hija del entallador de Jaén, Juan López de Velasco; autor,
con el alemán Gutierre Gierero, de la sillería de la catedral de Jaén.
Fue pintor y escultor renacentista
italiano, así como discípulo del gran artista Miguel Ángel.
Jacobo y Pedro Machuca
-pintor renacentista español que nació en Toledo en 1490, pero que se formó en
Italia con Miguel Ángel, donde conoció a Jacobo-, vinieron a España, atraídos por el esplendor
de la corte de Carlos V. Jacobo vino
como pintor y enseguida se destacó como un valiente estatuario.
En 1520 contrataron en Granada la realización
de un retablo para la Capilla Real. Ambos tenían prestigio de fresquistas, que
se lo habían ganado en Italia en el taller de Miguel Ángel.
Aunque el proyecto de la
Capilla Real se redujo notablemente por las penurias económicas del momento,
ambos trabajaron allí y Jacobo realizó dos bellas pinturas que representan la
venida del Espíritu Santo y la Santa Cena, así como el retablo.
Tras estos trabajos se le
abrieron algunas puertas importantes, todo ello unido a que era un hombre muy
abierto al nuevo orden renacentista, adaptándose perfectamente a las nuevas
corrientes artísticas del Renacimiento. Se convirtió en arquitecto, sin serlo;
y acabó creando escuela e influyendo notablemente en la arquitectura renaciente
andaluza.
Jacobo se colocó en dos
puntos estratégicos: Murcia y Granada. Desde uno de ellos su radio alcanza a
todo el Levante meridional y desde el otro, gracias al formidable empuje de
Diego de Siloe, a Andalucía.
Hay constancia de que en el
año 1522, tras el fallecimiento de Francisco Florentín, Jacobo pasó a ser
maestro de la torre y hasta 1526, se
registran pagos por tal concepto. En la Catedral de Murcia, Jacobo elevó el
primer cuerpo de la torre y en 1525 inició las obras del segundo cuerpo. Este
trabajo lo simultaneó con la realización
de las dos portadas de la Sacristía, en las que destacan
los adornos de los capiteles: carátulas y cabezas de mujer, así como tres
hornacinas con figuras de la fe, esperanza y caridad.
En la década
de 1520 comenzó la construcción de la sacristía de Santiago, situada a los pies
de la torre. Tradicionalmente se ha atribuido esta obra a Jacobo Florentino. Se
sabe que fue él quien realizó la bellísima pila bautismal. Se le atribuye
también la elegante portada de la sacristía, así como la decoración de dos
ventanas del Palacio Municipal, que dan a la placeta de Santiago. Al fallecer
en 1526, le sucedió en la obra de Santiago su discípulo, Jerónimo Quijano”.
Su obra, derivada del arte
florentino de fines del siglo XV, supuso la introducción de formas
renacentistas en España.
Aunque realizó importantes
trabajos en la Capilla Real de Granada, donde emprendió obras de más
trascendencia. Fue en Murcia, ciudad que, debido a su magisterio y sobre todo
al de su sucesor Jacobo Florentín, el Indaco, se convirtió en un gran centro de
difusión del arte moderno.
Francisco se incorporó a la
catedral de Murcia, como maestro mayor en 1519, comenzando la construcción de
la torre el 7 de julio de 1519. Cobró salario como maestro de la torre hasta
1522, fecha en que falleció. En tan corto periodo de tiempo, Francisco no haría
más que sacarla de los cimientos y preparar el camino a su sucesor, Jacobo
Florentino.
Posiblemente intervino en la
portada de la catedral llamada de las Cadenas, que se labró entre 1512 y 1515.
Jerónimo Quijano
Fue el primer artista local
que encarnó el nuevo estilo arquitectónico y continuó las enseñanzas de Jacobo
el “Indaco”, a quien conoció en Granada, puesto que allí se congregaron gran
cantidad de artistas de la época. Ambos viajaron a Murcia, en donde Jacobo
Florentino tuvo la ocasión de hacer partícipe a Quijano de sus distintos
trabajos.
“Es el buen maestre Jerónimo, escultor excelente y
arquitecto que fue maestro de la obra de la torre de Murcia y del Obispado de
Murcia y Cartagena, persona entendida en buenas letras”. Son estas las últimas palabras del
licenciado Lázaro de Velasco en el prólogo de su traducción del Vitrubio.
El maestre Jerónimo Quijano,
además de un excelente escultor (más que entallador) fue una persona ilustrada,
entendida en buenas letras. De hecho su firma se conserva en Toledo, en la
tasación que hizo el 7 de abril de 1548 del grupo de la Transfiguración, de
Berruguete, en el trascoro de aquella catedral.
Como escultor se le
atribuyen varias obras, entre ellas las realizadas en la iglesia de Santiago
Apóstol de Villena, como son: el retablo de la Virgen de la Esperanza, la
puerta de la sacristía y las ventanas de
la sacristía (que dan a la calle Ramón y Cajal). Hay que tener en cuenta que
Quijano continuó en Santiago la labor iniciada por Jacobo Florentino, por lo
que no es posible cuantificar hasta donde hizo Jacobo y hasta donde Jerónimo.
Mientras no aparezcan
documentos que acrediten con rigor lo que hizo cada uno, lo mejor es que formen
parte del equipo que participó en las distintas actuaciones realizadas en el
templo de Santiago de Villena.
Continuó los trabajos de la
construcción de la torre de la catedral de Murcia en 1526, en calidad de
maestro mayor y en la propia catedral se le atribuyen varias obras, entre ellas
la capilla de la Encarnación y la de la Transfiguración del Señor. Su evolución
se producirá desde un dominio en escultura hasta un excelente control de la
arquitectura renacentista romana, que en España la materializará con una gran
belleza en los acabados.
No existen fronteras artísticas entre el reino de Murcia
y la vecina provincia de Alicante y la vecina provincia de Alicante, por lo que
agrupamos esta región del Levante-Sur en una misma entidad artística.
Historia Universal del Arte Hispánico, por Fernando Chueca Goitia. Volumen Undécimo.








