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Caudete - Pregón de sus Fiestas 2024, por don Alino José Martínez Marcos


 PREGÓN DE FIESTAS DE CAUDETE 5-9-2024

 

Caudetanas y caudetanos, amigas y amigos que nos acompañáis, muy buenas noches.

 En primer lugar, quiero saludar:

Al señor alcalde y a los miembros de la corporación municipal, así como al alcalde de Marseillan y su comitiva.

Al señor párroco y representantes eclesiásticos, así como a los cargos de la mayordomía.

Un saludo a todas las comparsas, muy especialmente, a las capitanías que este año tenéis la responsabilidad de hacer las fiestas, y un beso a las damas y a la reina.

Asimismo, un saludo a las personas que igualmente estuvieron propuestas para este pregón, quiero decirles que también están aquí arriba, porque nuestras fiestas son de todos.

Paso, en segundo lugar, a dar las gracias:

A la asociación de comparsas, a su directiva y a su presidente por su generosidad al proponerme como pregonero.

Mi eterno agradecimiento a mis padres, Gabriel y Tina, que me lo han dado todo y, muy especialmente, a Isabel, mi mujer y compañera en todo mi viaje vital, y a mis hijas Sofía y Ada.

Este pregón pretende ser un recorrido que comenzará compartiendo algunas de mis vivencias íntimas sobre las fiestas, seguidamente intentaré transmitiros por qué Caudete y sus gentes son tan singulares, también trataré de explicar el motivo del altísimo componente emocional que supone vivir las fiestas y, finalmente, me atreveré con algún consejo.

 Decía Don Antonio Machado:

“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero…”

 

Y yo, parafraseándolo, os digo:

Mi infancia son recuerdos de la calle El moto,

el lavadero y la balsa donde llegué a pescar “agujicas”

y la rambla de los tres puentes donde vi nidos de azulones.

Mi primer recuerdo festero, la enhorabuena calle El moto abajo.

 

Como tantas otras familias caudetanas la mía no era de salir, aunque sí imprescindibles para el realce de la fiesta. Mi padre, el mejor de los “cicerones”, se encargaba de que no faltara “cuerva” para las escuadras; y mi madre, en convertir mi casa en una “parada de postas” para cualquier músico o festero. Y claro, por otro lado, estaba mi tío “Cisqui”, heredero de un rancio linaje de guerreros.

 

Aun lo veo llevando a los primos a la diana. Tirábamos petardos de los de suelo, de los que saltaban “chinas”, pero no “masclets”, y nos invitaban a churros con chocolate. Y el último día, no me preguntéis porqué, me llevaba a correr la traca. Si el hilo de pita que la sostenía se quemaba, la traca se caía y los truenos iban de lado a lado de la calle y los coches nos servían de parapeto, con mi tío cuidando de que no me quemara -eso no incluía la brasa del “celta” que no soltaba en todo el recorrido.

 

Él, había heredado un traje de guerrero de su abuelo con adornos de dragones. En mi infantil imaginario, era lo más. Hete que a mis padres les toca la lotería, no mucho. Gabriel y Tina siempre han sido de procurar la herencia en vida, sobre todo para formación, pero en este caso se decide, dar a mis hermanos mayores, dinero y, a mí, hacerme un traje de guerrero. El diseño, Agustín Vila y el “bordao” de los dragones, las monjicas. Era “Targaryen”, sin saberlo.

  

Y allí me tenéis, con 14 años, desfilando con los guerreros viejos. Y saliendo a disparar con mi arcabuz del “Rojo” de madera tallada con cañón hexagonal. Y como todo en la vida, hay gente en el banquillo para que otros salgan al campo. Mi tía Manuela se encargaba desde atusar el plumero a bruñir el latón, eso no se puede agradecer y menos pagar. ¡Cuánta gente así hace falta para que las fiestas sean lo que son¡

 

Y llega la adolescencia, y las guaridas, desde la de enfrente al “teatro calderón” a la que después sería “el purgatorio”, y conozco a la que sería mi mujer… festera ecléctica, ha salido en todas las comparsas...Y al poco, Valencia, Nueva York, Albacete, Ciudad Real…y tenemos dos hijas que empiezan a imbuirse del espíritu saliendo desde pequeñas en los desfiles.A lo largo de los años, como todos los caudetanos que vivimos fuera, siempre que podemos, volvemos. Con ilusión cuando el calendario lo permite; con tristeza, con nostalgia llena de recuerdos, cuando no. Y si las obligaciones nos dejan, el día 6 es sagrada la comida familiar en casa de mi hermana Marijú y, la entrada, en la calle las Eras, con la otra parte de la familia.

 

Lo bueno de cumplir años, quizá lo único, es la experiencia. Y a los cuarenta y muchos, una tarde de agosto de 2017, Mari y Manolo vinieron al molino y mis hermanas, mi sobrina, mis hijas y mi mujer se confabularon para contribuir a hacer la fiesta de los Tarik: volante y dama. Solo intuía lo que se venía encima: “yo os ayudo en lo que pueda, pero en la intendencia…”

 

Menos mal…tuve que dejarme barba en agosto para presentar a la dama. El 2018 fue frenético, las novenas, las cenas de confraternización con otras comparsas, con pajarita el día de la elección, con el banderín en la diana, con traje de Tarik en la enhorabuena…Nunca me hubiera imaginado vivir las fiestas como las de aquel año… intensas, duras, con lloros -el día que llovió-, madrugones, agotamiento…pero las disfruté muchísimo. Uno de esos regalos que te hace la vida sin pedirlo ni merecerlo. Lo mejor, todas las personas de la capitanía y la comparsa que conformábamos una piña a la que reforzaban nuestras familias. Y es que, de otro modo, habría sido imposible.

  

¿Y qué sucede con Caudete? ¿Por qué Caudete y sus gentes son tan singulares? Voy a tratar de explicarlo. En primer lugar, gracias a Alejandro, conservador del Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, por ilustrarme sobre la historia de mi pueblo que quiero compartir con vosotros.

Subamos a la máquina del tiempo, hemos de retrotraernos 6 millones de años, a la crisis salina del Messiniense, un evento geológico extraordinario. Los movimientos tectónicos provocaron que se cerrara el estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo acumuló mucha sal y casi se secó. El estrecho se volvió a abrir y la cuenca se recuperó, pero con un volumen menor, lo que dejó zonas previamente inundadas al exterior creando saladares, yesares y arenales. Uno de estos restos del fondo del mar Mediterráneo es la microrreserva de los Arenales de Caudete, ubicada en la ladera solana de la sierra del Cuchillo, la lengua. Allí, en aquel mar antiguo, crecen entre otras especies endémicas y amenazadas, la jarilla, digamos “de Caudete”, con adaptaciones singulares que les permiten sobrevivir en situaciones extremas y con una capacidad única para la lucha contra la desertificación. Es un tesoro caudetano muy valioso y desconocido que hemos de preservar.

        

Además, Caudete siempre ha sido tierra de frontera y esa es su singularidad y su riqueza que hace a sus gentes tan especiales. Caudete ha sido ibera, más concretamente deitana. La romana “caput aquae”,dentro del imperio, fue primero adscrita a la provincia de Hispania Citerior, después a laTarraconense y finalmente a la Cartaginense. En época musulmana perteneció a la Cora de Tudmir. La villa actual que conocemos se conformó en el periodo andalusí. Los Capdets cristianos fueron pasando del reino de Castilla a la Corona de Aragón y vuelta. Y al reino de Valencia y al de Murcia, para finalmente integrarse en la provincia de Albacete y en Castilla-La Mancha.

 

Puede sonar lejano, pero en mi juventud se iba, al instituto a Villena -cuatro viajes al día-, a la selectividad a Elda, los partos y brazos rotos a Yecla, y a la universidad, a Valencia o Murcia. Hoy, miramos a poniente. La isoglosa o línea que indica la extensión del valenciano llega a Fontanars y eso, claro, se refleja en nuestra manera de hablar (“ha cambiado el orage y menuda polsaguera”). Pero si hablamos de gastronomía, en Caudete se comen los mejores gazpachos manchegos del mundo que, más allá de Socuéllamos se llaman “galianos” y son, otra cosa. Caudete es singular por su riqueza natural, su historia y su cultura y sus gentes hemos de conocerlas, conservarlas, valorarlas y transmitirlas. Y esa complejidad, esa mezcla maravillosa, es lo que nos hace tan especiales.

 

Todos sabemos que las fiestas son un acontecimiento único para las caudetanas y caudetanos pero… ¿Por qué existe ese altísimo componente emocional de vivir las fiestas? Me dedico a estudiar y a explicar el cerebro y, desde mi perspectiva, las fiestas provocan un recuerdo único y apasionado por varios motivos. Nuestro cerebro recibe,a través de nuestros sentidos (vista, oído, tacto, olfato y gusto), información que procesa para generar memorias. En palabras de Don Santiago Ramón y Cajal “Las neuronas son como las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental”. Pero el cerebro no recuerda todo, de hecho, olvida casi todo, sólo se queda con aquello que tiene valor emocional, positivo o negativo. Imaginemos el cerebro de un adolescente el día de la traída de la Virgen. El despuntar del alba, la música, los tiros tras el ruedo…las imágenes, los sonidos, la onda expansiva del disparo, el olor a pólvora y su sabor cuando nos llega sin quemar…son estímulos intensísimos que se graban en nuestro cerebro de una manera indeleble y vehemente, para siempre.

         Y voy acabando porqué “El candil se está apagando y la alcuza no tiene aceite. No te digo que te vayas. Ni tampoco que te quedes”. En esta última parte, un pequeño consejo que dedico a la juventud, presente, y sobre todo futuro, de Caudete y para ello, tomo prestadas las palabras de Don Enrique Tierno Galván:

“Este Regidor ama a la juventud y sabe que es buena, limpia, con la conciencia transparente, por no haber en ella ni envidia ni maldad y confía en que se comporte durante las fiestas sin salacidad ni grosería, sin irreverencias, sin deslenguarse en la conversación, prestando cuidadosa atención a los adultos y atención, respeto máximo y ayuda a los que han llegado a la vejez. La juventud es cuerda y en esta cordura pone su confianza el Regidor de esta Villa. Y si los jóvenes han de hacer bromas, como su propia edad pide, háganlas con donosura y gala, pero sin daño, y si de retozar se trata, retoces, porque es propio de la juventud el glorioso retozar, pero háganlo sin daño para los bienes públicos, respetando los lugares en los que haya flores y céspedes, que hermosean la ciudad, y todo aquello cuanto al bien común ataña.”

 La juventud es esencial, es lo más importante, porqué ellas y ellos son el futuro y la esperanza. Los que ya no somos tan jóvenes, hemos de ayudarles a encontrar su camino transmitiendo nuestra experiencia. Es nuestra responsabilidad y nuestro legado, también en las fiestas, para que conozcan todas sus vertientes y puedan disfrutarlas y engrandecerlas. Y como decía Don Quijote a Sancho: “Como no estas experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles…Confía en el tiempo que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.

         Para terminar, hagamos que nuestras fiestas sean sociales e inclusivas. Los de aquí, y sobre todo los de allá, han de sentirse en su casa, en familia. Todo el mundo ha de ser partícipe y respetado en sus creencias y querencias, celebrando nuestra diversidad en armonía.

 

Y ahora, lanzo un “viva la Virgen de Gracia”, patrona de nuestras fiestas.

Caudetanas y caudetanos, amigas y amigos que nos acompañáis, sed felices.

Maestro, por favor, que suene la música…  



Texto facilitado por gentileza de Manolo Beltrán "La Cambra" y fotografías obtenidas de la web: Caudete Digital.

https://caudetedigital.com/el-cientifico-alino-martinez-marco-ha-participado-en-un-importante-trabajo-sobre-tres-proteinas-humanas-relacionadas-con-la-enfermedad-de-alzheimer/

1 comentario:

eleslabonvillena dijo...

Un excelente pregón, con una gran dosis de humanismo y un gran cariño a su tierra, felicidades.