Monasterio de las Trinitarias. Villena 15 de mayo de 2024.
Mucho público en el monasterio de la Santísima Trinidad para entregar la Medalla de Oro de Villena a las monjas Trinitarias, el año que celebra sus 500 años unido a nuestra ciudad.
Música a cargo del Dúo Lola Vitoria y el coro de Santa María y los portavoces de los partidos políticos que han reconocido la trayectoria de estas religiosas.
Iniciadora del expediente Maite Gandía
Señor alcalde, secretaria municipal, compañeros de Corporación, Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Amor en su Prendimiento y María Santísima de la Esperanza, Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, Junta de la Virgen, invitados religiosos y civiles, vecinos y vecinas, muy buenas tardes.
Nos encontramos hoy en este escenario inédito, el Monasterio de la Santísima Trinidad de Villena, para cumplir con el acto de entrega de la distinción más importante de nuestro Ayuntamiento: la Medalla de Oro de la ciudad.
Lo hacemos en este lugar, y no en el Teatro Chapí, como respuesta a la petición que nos ha trasladado la madre priora, consciente de la importancia de este acto y convencida de que era necesario compartirlo con las hermanas de la Congregación.
Un noble gesto de humildad y de absoluto amor fraternal que dice mucho del sentimiento y del sentido que esta Congregación impregna a todos sus actos. Para ella, compartir este momento especial con la comunidad de las trinitarias era importante y, en consecuencia, si para ella era importante, para el Ayuntamiento también.
Porque este reconocimiento tiene un peso específico que debe ser compartido y sentido por todos y cada uno de los miembros de la entidad que lo recibe. Pues, en nuestro ánimo y en el ánimo de los proponentes de esta concesión, ha estado que este reconocimiento sea para el conjunto del Monasterio de la Santísima Trinidad, pero también para todas y cada una de las mujeres que a lo largo de estos 500 años han formado parte de él y de nuestra ciudad.
Es para nosotros, una manera de agradecer y agasajar su labor, su tarea y su implicación con la ciudad de Villena durante estos 500 años.
No me voy a extender con los méritos que durante cinco siglos de estancia en nuestra Ciudad han hecho que se le otorgue la Medalla de Oro de la ciudad, les invito a leer el libro "500 Años de un Monasterio" de José Amorós que mañana verá la luz en este mismo emplazamiento, y que ampliamente nos desarrolla la historia de este lugar.
Lo que queremos poner en valor es la perdurabilidad de un compromiso mantenido a lo largo de 500 años en nuestra ciudad. Esta merecida Medalla de Oro certifica que, aunque el tiempo viene y va, siempre hay un poso estable y duradero en todas las sociedades y en todas las ciudades. En nuestro caso, es innegable que uno de los testigos del tiempo en nuestra ciudad son ellas, las mujeres que a lo largo de la historia han formado parte de la Congregación del Monasterio de la Santísima Trinidad de Villena en estos 500 años.
Ellas han demostrado en este tiempo valores y principios indelebles al tiempo. Han ejercido con fervor la idea de dar más que recibir, el principio de que “no se trata de cuánto damos, sino de cuánto amor ponemos en lo que damos”, que decía Santa Teresa de Calcuta. Han demostrado, sin duda alguna, la certeza de que “más bienaventurado es dar que recibir”.
En esta generosidad que siempre ha demostrado la Comunidad de la Santísima Trinidad es donde la sociedad se debe mirar. En la entrega absoluta, en el convencimiento de que lo material no es más, si no que puede ser menos, es allá donde debemos mirarnos los unos a los otros.
Son muchas las lecciones que nos dan en el día a día. Son muchas las lecturas que nos ofrecen sobre la vida, la sociedad, los principios y los valores.
Villena ha aprendido mucho de ellas. Hoy, somos nosotros quienes les damos: les damos nuestro agradecimiento y nuestro sincero reconocimiento. Gracias eternas a todas ellas.
Voy a nombrar a las nueve hermanas que en la actualidad se encuentran en este Monasterio.
SOR JOSEFA INMACULADA DISLA - YECLA - 1959 - 65
SOR ANGELINES VILAR DEL SACRAMENTO - VILLENA - 1968 - 56
SOR ANA TERESA MADATHIPARAMBAN - INDIA - 1999 - 25
SOR TERESA EERATH - INDIA - 1999 - 25
LIDIA THATTAKATH - INDIA - 2002 - 22
SANDRA KOLENCHERY - INDIA - 2002 - 22
SOR JAMILETH ROSARIO - NICARAGUA - 2006 - 18
SOR ALINA MARIA POOTHKILBARAN - INDIA - 2006 - 18
SOR CECILIA NAVARRO BARRACHINA - VALENCIA - 2014 -10
Para finalizar, quisiera agradecer a Joaquín Sánchez Huesca, su colaboración con la instrucción de este expediente recopilando y facilitando la información que se tiene del Monasterio de la Santísima Trinidad de Villena.
También agradecer a Luis Abellán, Hermano Mayor de Nuestro Padre Jesús del Amor en su Prendimiento y María Santísima de la Esperanza de Villena, cuya Hermandad ha sido la impulsora para que se otorgue este reconocimiento, Luis junto a José Amorós han recopilado cientos de adhesiones de vecinos y vecinas y asociaciones que han demostrado el cariño que se les tiene a las Monjas Trinitarias en nuestra Ciudad.
Gracias a Alba María Ugeda Ribera al violín y Rosa García i Parera al Violonchelo, y al Coro de la Parroquia de Santiago por engrandecer este acto con vuestra aportación musical.
Para mí ha sido un honor ser la instructora de este expediente.
Enhorabuena, que el Monasterio de la Santísima Trinidad siga siendo parte de la Historia de Villena por muchos siglos.
Gracias.
Ana María Cerdán de Vox
Madre Superiora. Hermanas. Autoridades Eclesiásticas, Civiles, Militares. Compañeros de Corporación, familiares y amigos.
Hoy es un día muy especial. Hoy se reconoce, oficialmente, porque es de sobra reconocida, la gran labor y trabajo, dedicación y contribución que se ha venido realizando, en el Monasterio de la Santísima Trinidad de Villena, durante estos 500 años. Hoy se le hace entrega de la Medalla de Oro de la ciudad de Villena, siendo esta distinción más que merecida.
Siempre en la mente de todos y en los bolsillos de otros tantos, esta labor callada de las Hermanas Trinitarias ha calado en los corazones de nuestros antepasados, de nosotros mismos y, porqué no decirlo, de nuestros descendientes.
Sería muy fácil escribir unas palabras de agradecimiento, basadas en la historia de estos 500 años de trayectoria. Y más, siendo en estos momentos el Monasterio más antiguo de España.
Mucho se ha hablado del patrimonio cultural y artístico del Monasterio. Del papel importante que ha desempeñado siempre en la vida de todos nosotros, de nuestra Ciudad a lo largo del tiempo. De todo lo que las Hermanas, aportan a nuestras Fiestas en Honor a la Morenica, y un largo etc.
Pero fuera de toda historia tangible, quiero destacar ciertas palabras, que en este contexto tienen una gran fuerza, como son, entre otras:
Fe – Caridad – Llamada - Intención – Oración – Devoción - Clausura – Trabajo – Esfuerzo -Contemplación - Espera - Esperanza – Paz - Arraigo - Humildad...
Palabras que nos pasan desapercibidas en nuestro día a día pero, que entre estas paredes, tienen un gran significado.
Quiero dar las gracias y un especial reconocimiento a todas las personas que han hecho posible que hoy estemos aquí entregando la Medalla de Oro de la Ciudad de Villena al Monasterio de la Santísima Trinidad.
Siempre involucrado con el devenir de nuestra Ciudad, Villena tiene una deuda de gratitud con el Monasterio de la Santísima Trinidad y por supuesto con las Monjas que siempre han estado entre nosotros.
Gracias por todo lo que nos habéis dado durante estos 500 años. Esperamos seguir recibiéndolo durante 500 años más.
ENHORABUENA!! Muchas gracias.
Francisco Iniesta de los Verdes
Señor Alcalde, compañeros y compañeras de Corporación, vecinos y vecinas, religiosas, madre superiora, buenas tardes... desde el Grupo Municipal Verde queremos destacar la importancia de este día, acto de entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad de Villena, a la Congregación de las hermanas Trinitarias.
En los últimos años hemos tenido la entrega de este reconocimiento a entidades, asociaciones, sociedades, y hoy hablamos de reconocer 500 años de presencia en Villena con el mayor galardón que puede otorgar la corporación municipal en nombre de todas las personas de Villena.
La Congregación de Hermanas Trinitarias tiene una enorme historia que se empareja con la historia de la ciudad desde hace quinientos años. Para el grupo verde no es la grandeza de la historia lo que nos conmueve sino la grandeza de las personas e instituciones que saben acompañar, saben ser fieles, saben estar cerca en los buenos o malos momentos que se viven y permanecen en el tiempo.
Leonor Esteban, Juana Martínez, Luisa de Mergelina, M.ª Victoria de Orgiler... son mujeres que consiguieron hace 500 años iniciar este convento en Villena; después continuaron muchas otras, siempre con el espíritu de acogida y libertad.
La Asamblea Verde que represento, quiere ensalzar las circunstancias y situaciones vividas por esta Congregación a lo largo de su historia, desde la sencillez, sin desigualdades, con autenticidad y también con carisma liberador, porque "Lo pequeño es hermoso" y es desde esa idea donde se trabaja estar al servicio de los demás, con humildad y entrega. Todo un compromiso con los derechos humanos y con la justicia social que han seguido impregnando silenciosamente en nuestra ciudad.
La Orden Trinitaria es precursora de la mediación y el diálogo en defensa de los derechos humanos. A los pocos años de que este convento se fundara, sus hermanos masculinos, en la orden trinitaria procedían a la liberación de uno de los cautivos más famosos que se recuerdan: Miguel de Cervantes.
La pequeñez es sinónimo de atención, de cuidado, de detalle y ustedes hermanas, desde este convento, sin salir de su casa, están al tanto de las necesidades de la gente, de quien necesita apoyo. Muchas personas de Villena han pasado por sus vidas, con un consejo o una orientación. O por algo más material, bordado de chalecos, mantos y capas, arreglo de golas, planchado de zaragüelles, repostería, custodia de mantos de la patrona,... pero también escuchando, orientando, acompañando a hombres y mujeres que con algunas dificultades han sabido que a pesar de la clausura había quien les escuchara.
Hermanas, ustedes no son ajenas a esta ciudad. Recluidas entre paredes, nos abren a la universalidad que el mundo necesita. En un momento donde crece el racismo, la exclusión y cogen fuerza voces que resquebrajan la solidaridad y la sostenibilidad, donde se levantan muros en vez de puentes, ustedes son símbolo de encuentro y afecto. Provenientes de diversos continentes simbolizan la acogida, el mestizaje y la unión. Por eso, al entregar hoy la Medalla de Oro de la ciudad a las Hermanas trinitarias, estamos apostando por la necesidad de la inclusión y por esos valores de autenticidad que representan.
La presencia sencilla, paciente, libre en estos 500 años de esta comunidad de mujeres, nos habla de constancia y de impulso para seguir avanzando en Villena y en este mundo que precisa paz, justicia, sostenibilidad, como la que este convento respira.
Gracias hermanas por su presencia, enhorabuena Villena por contar con ellas.
María Server del Psoe
Queridos miembros de la Congregación de la Santísima Trinidad de Villena, distinguidos invitados, amigos y familiares:
Quiero dirigirme a las hermanas que conforman la Congregación de la Santísima Trinidad en nuestra querida ciudad de Villena y a su Monasterio, que es parte de nuestra ciudad y de nuestro pueblo para reconocer y honrar a una institución que ha sido un faro de esperanza y servicio en nuestra comunidad durante tantos años.
Dirigirme a ellas como herederas de todas las mujeres que a lo largo de la historia de esta institución han estado presentes en nuestra ciudad, compartiendo con todos nosotros la vida de Villena a lo largo de 500 años. Todas y cada una de vosotras sois representantes de quienes os precedieron en el tiempo. Encarnáis y representáis el compromiso mantenido estos años con Villena.
La Congregación de la Santísima Trinidad de Villena representa un símbolo de unidad, amor y compromiso con los demás. Desde su fundación, ha sido un pilar fundamental en la vida espiritual y social de nuestra ciudad, brindando apoyo incondicional a aquellos que más lo necesitan, y difundiendo los valores de compasión, solidaridad y fraternidad.
En un mundo cada vez más marcado por la indiferencia y la división, la Congregación de la Santísima Trinidad de Villena nos recuerda la importancia de tender una mano amiga, de abrir nuestro corazón a los que sufren y de trabajar juntos por un mundo más justo y compasivo.
Vuestra labor no solo ha dejado una huella imborrable en las vidas de aquellos a quienes han servido, sino que también ha enriquecido el tejido mismo de nuestra sociedad, fortaleciendo los lazos que nos unen como comunidad y recordándonos que, en última instancia, todos somos responsables de cuidar y proteger a nuestros hermanos y hermanas en necesidad.
Villena es tierra de historia y de historias. Villena es una ciudad donde el paso del tiempo siempre ha dejado huellas: nuestros yacimientos, nuestro bello castillo, nuestras calles y barrios históricos, y tantas y tantas cosas. Y entre todas ellas, siempre se ha repetido una: vuestra presencia, la presencia de las hermanas trinitarias.
Por esta pasión por Villena, por ser parte de nosotros y de nuestra historia, entiendo – y entendemos todos- que sois justas merecedoras de la Medalla de Oro de Honor de la Ciudad de Villena. Que esta medalla sea un símbolo de vuestro valioso legado, un recordatorio constante de la importancia del amor y la compasión en nuestras vidas, y una fuente de inspiración para las generaciones futuras.
Es un reconocimiento que hacemos extensible a todas las mujeres que han formado parte desde Leonor Estevan hasta todas ustedes. Es una forma de gratitud sincera hacia vosotras.
Gracias por estos 500 años de presencia en Villena y que sean muchísimos más entre nosotros.
Miguel Ángel Salgero del PP.
(En breve su intervención)
Luis Abellán
También ha intervenido Luis Abellán Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Amor en su Prendimiento y Santa María Santísima de la Esperanza, que fue uno de los propulsores junto a Joaquín Sánchez Huesca y José Amorós Alpañez de la solicitud de este merecido reconocimiento.
Buenas tardes
En el libro titulado Vida y Virtudes de Santa Teresa de Jesús (canonizada en 1622), escrito por Fray Josef de Santa Teresa y publicado en Murcia en 1791, figura una crónica del Padre Juan Figueras Carpi (cronista de la Orden de la Santísima Trinidad), en la que manifiesta que, viviendo en el monasterio de las Hermanas Trinitarias de Villena, Sor Ana Vasauri de Segura, recibió una comunicación referida a la buena nueva de la canonización de la santa citada y encontrándose haciendo labor en compañía de otras monjas, oyó un repique solemne de campanas, mientras vieron venir por el aire y caer sobre el escapulario de la dicha Sor Ana, una cédula de color blanco en la cual estaban escritas varias antífonas con sus correspondientes versículos, tanto para los rezos de “Vísperas” como para los “Maitines”.
Hoy, cuatrocientos años después del suceso relatado, con la gran cantidad de adhesiones a la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad bien merece un nuevo repique, procedente de las campanas de Santa María, parroquia a la cual pertenece este monasterio en honor a estas religiosas que, desde hace quinientos años, conviven entre nosotros, dedicadas muy especialmente a la vida contemplativa y por supuesto a la oración.
Nuestra Hermandad colabora con las Hermanas Trinitarias, en estos años vendiéndoles los dulces que ellas elaboran, así como realizando campañas solidarias de recogidas de productos necesarios para el día a día.
Y nos preguntábamos, ¿qué podíamos hacer más por ellas?, y justo hace un año el día 3 de mayo de 2023, en una de nuestras reuniones de junta de Gobierno, es a través de nuestro compañero Simón donde nos comenta que Joaquín Sánchez, viendo y valorando la labor que hacemos desde la Hermandad con las Hermanas Trinitarias y próximo a su celebración de 500 años de existencia en nuestra ciudad, bien podríamos proponer al Ayuntamiento la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad.
Y lo tomamos como un proyecto ilusionante.
Y así lo hemos realizado, poniendo mucho Amor y mucha Esperanza hasta conseguirlo.
Como Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Amor en su Prendimiento y María Stma. de la Esperanza, confesarles que en la Hermandad nos sentimos muy orgullosos de haber solicitado al Ayuntamiento, con fecha 26 de octubre de 2023, la propuesta de concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad de Villena al Monasterio de la Santísima Trinidad y que tal día como hoy se le haga entrega de esta merecida distinción.
Quiero dar las gracias especiales, a Joaquín Sánchez y a José Amorós, por formar parte de este equipo para promover y divulgar las adhesiones por toda la ciudad, para que el expediente a presentar al Ayuntamiento tuviera una buena respuesta de firmas, que han hecho posible la concesión de esta medalla.
Tengo que decir que lo que hace un año fue un sueño, hoy es una realidad.
Gracias a asociaciones, hermandades, cofradías, feligreses, empresas y vecinos por vuestro generoso apoyo y GRACIAS a toda la Corporación Municipal, que acogió favorablemente la petición.
Hermanas, felicidades por esta gran distinción y que cumpláis en Villena, quinientos años más.
Estoy convencido que nunca dejaréis de orar y rezar por vuestra Villena, a la que siempre habéis demostrado vuestro amor, compartido con la Santísima Trinidad y la Virgen de las Virtudes.
Muchas Gracias.
Palabras de SOR ANA TERESA MADATHIPARAMBAN del monasterio que ha tenido su momento emotivo en el que se ha emocionado y ha conseguido la máxima atención de todos los asistentes en la entrega de la Medalla de Oro de la ciudad de Villena al Convento de las Hermanas Trinitarias en nombre de todas las monjas...
Dignísimas autoridades civiles y eclesiásticas.
Sr. Fulgencio José Cerdán, Alcalde de Villena, a quien le manifestamos nuestros más sinceros agradecimientos, por haber aceptado nuestra petición, de trasladar este acto, del teatro Chapí a nuestra Iglesia.
Maite Gandía, instructora de Expedientes, Representantes de los diferentes partidos políticos.
Rvdos: Don Reyes Rodríguez, Don Rodrigo del Rosario López, Don Ciro Durán, Padres Salesianos, Hijas de la caridad y Hermanitas de los ancianos desamparados.
Junta Mayor, Junta de la Virgen y amigos todos.
Agradecemos a Joaquín Sánchez, José Amorós y Luis Abellán, hermano mayor de la hermandad de Nuestro Padre Jesús del Amor en su prendimiento y María Santísima de la Esperanza, por habéis iniciado y promovido este acontecimiento.
En nombre de todas las hermanas que han ofrecido su vida y lo seguimos haciendo a Dios en esta Santa Casa de la Santísima Trinidad, damos las gracias a todos los ciudadanos de Villena, porque nos habéis apoyado con vuestras firmas y cariño para recibir este noble reconocimiento como es la medalla de oro de esta gran Ciudad.
Como sabéis, somos una comunidad de vida contemplativa, desde el nacimiento de nuestro Monasterio el 22 de mayo de 1524, a ejemplo de nuestras fundadoras: Doña Leonor Esteban, su hija Juana Martínez y Doña Luisa Mergelina, aquí siempre se ha vivido el Carisma de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos. Porque así lo quiso Dios revelándose en una santa visión.
Somos Monjas de clausura, nunca nos hemos dedicado a los trabajos de enseñanza, medicina, a la vida pastoral activa y obras sociales. Por ello, para nosotras la entrega de esta medalla significa, que habéis sentido que nuestra vida oculta en Cristo en fidelidad, y con la gracia de Dios, a lo largo de estos 500 años nuestra casa de la Trinidad se ha hecho todo para todos, una cátedra, donde se enseña la mejor asignatura, “la del amor”, un hospital donde los enfermos de alma y cuerpo encuentran oxígeno de esperanza y acompañamiento en su dolor, una clausura que se abre en oración para que los prisioneros de los males de este mundo, recuperen su libertad y dignidad de hijos de Dios.
Nuestro Monasterio es un patrimonio del cielo, custodiado por monjas valientes y enamoradas de un Dios Redentor que nos da la gracia de afrontar las dificultades de los tiempos que nos ha tocado vivir: hambre, peste, discriminación, persecución, cárcel, desamortizaciones, la república, exclaustración y la guerra civil. Por ello las admiramos y les damos las gracias a todas nuestras hermanas que nos antecedieron, por ellas estamos hoy aquí, son para nosotras mártires de amor, en especial la comunidad de los años 1935 a 1939, el odio no pudo con ellas, las arrancaron del suelo donde habían sido plantadas, y quemaron su viña, pero su tierra fértil renació y volvió a dar fruto.
Todas las monjas que han vivido y vivimos en este Monasterio, durante estos cinco siglos han sido y somos importantes, pero quiero destacar a las que creemos que han sido los instrumentos claves para resaltar y dar continuidad a nuestra historia, una es Madre Concepción Galbis Milán, que ante el peligro inminente de la guerra civil busco refugio para su comunidad en el Asilo de las hermanitas de los ancianos Desamparados y en casas de familiares, junto con otra Monja y su hermana Josefa Galbis Milán que era Postulante, sufrieron muchísimo porque las sacaron de su casa y estuvieron encarceladas dos días. Cuando termino la guerra Madre Concepción volvió a reunir a la comunidad, formada por grandes y santas monjas que sobrevivieron la gran tribulación y mantuvieron su fe firme, no mancharon sus vestiduras blancas al perdonar a sus opresores, les quitaron todo, pero no su amor y esperanza.
Pasados unos años, fue necesario comenzar la construcción de un nuevo Monasterio y quien lo llevo a su término fue la Madre Desamparados Machuca Trigo quien confío grandemente en la providencia de Dios y en la ayuda de muchos villeneros, para lograr lo que hoy estáis viendo.
Otra vez os doy las gracias a todos y os pido que os unáis en nuestro agradecimiento a Dios Trinidad por estos 500 años, para que junto con nuestra Madre del Buen Remedio podamos decir: “El Poderoso ha hecho obras grandes en mí, su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Gracias amigos.
***
Queridos amigos y amigas,
Vecinos de Villena,
La concesión de la Medalla de Oro de Villena a la Congregación de la Orden de la Santísima Trinidad de nuestra ciudad destaca el valor de la perdurabilidad de esta entidad entre nosotros a lo largo de los cinco siglos que ha formado parte de nuestra historia.
El transcurrir de 500 años hace que las cosas que llegaron de fuera terminen siendo tan nuestras. Y esta institución, más allá de lo que representa y significa a título individual, es una parte esencial de la vida de nuestra ciudad, es una parte de la historia, de la identidad, del sentido de la Villena que hoy conocemos.
Poner en valor la lealtad que siempre ha tenido la Orden de las Trinitarias a Villena, eso es lo que hoy reivindicamos. Elevamos y reconocemos con esta distinción el sentido de permanencia que ha tenido en estos cinco siglos. Reconocemos su aportación social, sin duda espiritual, a la vida de tantas y tantas generaciones de nuestro municipio a lo largo de todo este tiempo.
Villena, está a punto de cumplir su nombramiento como ciudad después de 500 años. Esto, como la presencia de instituciones y entidades como las Trinitarias a lo largo de todo este periodo, nos debe hacer pensar sobre el peso que nuestra ciudad tiene en la historia de nuestro país, en estas comarcas y en esta Comunidad Valenciana.
Y nos debe a animar a mantener esta apuesta por Villena, este compromiso, esta entrega, esta devoción y este convencimiento sobre el futuro que se nos abre como pueblo unido, como ciudad luchadora, como municipio que apuesta por el futuro. Por ello, para afrontar con fuerza y convicción el futuro, debemos mirarnos en el pasado y entender por qué otras personas, otras entidades, dejaron su impronta en Villena desde hace tantos años y no en otra parte.
Así que, la concesión de la Medalla de Oro a las Trinitarias es un motivo de orgullo para toda nuestra ciudad. Uno, porque mostramos nuestro agradecimiento a quienes siempre han estado a nuestro lado; dos, porque reivindicamos un pasado enorme que nos ha marcado el camino del futuro; y tres, porque con el reconocimiento a la Orden de la Santísima Trinidad de Villena, reconocemos a todas las mujeres que se entregaron a su vocación, pero sobre todos a los hombres y mujeres que en estos cinco siglos han encontrado en su presencia un hálito de esperanza, algo de fuerza, un empuje para seguir adelante, confiar en el futuro y encontrar más llevadero el presente.
Este valor simbólico es lo que les convierte en merecedoras de esta distinción.
Enhorabuena, felicidades, y que la historia no se detenga en este punto.
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