Partido Judicial de Villena
Partido judicial de la provincia de
Alicante, situado en la parte NO. de la misma, limitando al N con la provincia
de Valencia, al E. con los partidos judiciales de Alcoy y Jijona, al S. con el
de Monóvar y al O. con las provincias de Murcia y Albacete.
Ocupa una superficie de 580,82 Km2 y
según el censo de 1920 tiene 8.382 edificios y albergues y 27.918 habitantes de
H. y 28.103 de D. distribuidos entre los 6 municipios de Benejama, Biar, Campo
de Mirra, Cañada, Sax y Villena, que comprenden 1 ciudad, 3 villas, 2 lugares,
1 aldea, 14 caseríos y 14 otras entidades.
En
su quebrado territorio se levantan al N. la sierra de Onteniente, deparándole
de Valencia y al E. las estribaciones de la sierra de Onil, que se extiende
entre los dos partidos vecinos.
Lo
riegan el rio Vinalopó y numerosos arroyos de su cuenca y lo cruzan,
respectivamente, de NO. a SE. Y de NE a SO.
Varias
carreteras convergen en la cabecera del partido, y por Villena cruza el
ferrocarril de vía estrecha que va de Yecla a Alcoy.
Villena
Municipio de la provincia de Alicante,
con 4.028 edificios y albergues y 15.811 habitantes según el censo de 1910. Se
compone de las siguientes entidades:
Kilómetros
Edificios Habitantes |
Casas
de Menor, caserío a……. 5,2 11 56 |
La
Encina……………………………… 17 123 518 |
Ciudad
de Villena…………………….. -- 3.157 12.642 |
La
Zafra, caserío a…………………… 14
23 117 |
Grupos
inferiores y diseminados…. -- 714
2.478 |
El
censo de 1920 le asigna 16.535 habitantes. Es cabecera del partido judicial de
su nombre y corresponde a la diócesis de Murcia. Está situada en el ferrocarril
de Madrid a Alicante y en el de Yecla a Alcoy. A 59 Km. de la capital de la
provincia, con carreteras a Albacete, Madrid, Alicante, Valencia, Elda,
Monforte, Monóvar, Novelda, Elche, Dolores, Orihuela, Onil, Alcoy y Yecla, en
terreno montuoso, sobre todo hacia los confines de Murcia, bañado por el rio
Vinalopó ocupando una extensión de 34,42 Km2.
Su
término, donde se levantan algunos montes, como el Morrón, Peñarrubia, San
Cristóbal y el de la Virgen, produce principalmente vino y frutas. Es rico en
aguas subterráneas, con alumbramientos de materiales y de pozos. Hay más de
1.000 hectáreas de olivar, 9.000 de viñedo, 1.000 de cereales y varias huertas,
regadas con el manantial del Chopo, que alumbra cerca del santuario de la
Virgen de las Virtudes, patrona de la ciudad, y la más copiosa fuente llamada
de los Burros.
Hay
minas de sal e industrias de fabricación de aguardientes, alcoholes, arropes,
maderas aserradas, azulejos, bisutería, fundición de bronce, calzados,
chicarros, embutidos, correas de cuero y otras materias, cajas de embalaje,
fundición de cobre y hierro, harinas, hielo, cerámica, etc. Posee alumbrado
eléctrico, estación telefónica, sucursales del Banco Español de Crédito y del
Hispano Americano; servicio de automóviles a Alcoy, Onteniente, Yecla y Jumilla
y otros puntos; Hospital municipal de caridad y asilo para ancianos
desamparados; banda municipal de música un buen matadero y otra estación de
ferrocarril en La Encina, importante por cruzarse allí la línea de Madrid a
Alicante y la de Valencia.
Numerosas
escuelas nacionales, colegio salesiano de Mª Auxiliadora para niñas, otro para
niñas dirigido por las hermanas Carmelitas, dos más bajo la advocación de
Nuestra Señora de las Virtudes y de la Inmaculada Concepción y academias
particulares de comercio, dibujo, idiomas y música; teatro Chapí y Artístico,
frontón y plaza de toros.
Existen
las sociedades Círculo Agrícola Mercantil,
Círculo Villenense, uno de Cazadores, Federación Obrera, Pósito de
Agricultores y Sindicato Agrícola, y comunidad religiosas de Hermanitas de los
pobres, Hermanas del Calvario, Hermanas de la Caridad, Hermanas Trinitarias,
además de las Carmelitas y los Salesianos, antes citados.
La
ciudad es populosa y de animado aspecto, con hermosas vías públicas bien
arboladas y alumbradas y luciendo hermosos edificios. Al bajar del tren se
entra en la ciudad por el hermoso paseo de Chapí, dejando a mano derecha el
parterre con un grandioso teatro dedicado a dicho ilustre compositor y músico
villenense.
A
otro hijo no menos ilustre de Villena, Joaquín María López, se le dedicó una
plaza y otra a Canalejas, Castelar y Santiago. A esta última recae la parroquia
de su nombre y la Casa-Ayuntamiento, que es antigua, de piedra de sillería y
portada y balcones de cantería labrada.
En
las plazas de Castelar y del Mercado alumbran las copiosas fuentes artesianas
denominadas de las Borbollitas y de Alfonso XII, que abastecen al vecindario.
La
antedicha parroquia de la plaza de Santiago es gótica, con bóveda de crucería,
toda de piedra labrada y cuyos arcos y crujías apoyan en pilastras salomónicas
empotradas en los muros. Lo mismo en esta parroquia que en la de la Asunción
(sita en la plaza de su nombre), magníficos enverjados del siglo XVI cierran el
presbiterio. En ambas parroquias hay cuadradas torres-campanario con torre
piramidal. Son templos del siglo XV, el de Santiago claustral y el de Santa
María de una sola nave, gótica también; y han sido objetos de señalados
privilegios por la protección que les dispensó el protonotario apostólico
Sancho García de Medina, hijo de Villena. En la Corredera está la iglesia de la
Congregación, y en otras calles algunos iglesias más o capillas menos
importantes, así como en el término hay diseminadas algunas ermitas, entre las
que descuella como principal la antedicha de la Virgen, patrona de la ciudad,
distante 7 km en el caserío de las Virtudes.
En
la parte exterior de la parroquia de Santiago relévanse del muro seis escudos o
blasones que son las armas de Sancho Medina, fundador y protector del templo; y
se conserva un escapulario bordado de imaginería, siglo XVIII, transportado a
casulla bordada, moderna. En la cumbre del monte cuyo arranque rodea la ciudad
se conserva el gran castillo guerrero y señorial de Villena.[1]
Las
fiestas a la Virgen de las Virtudes se celebran el 8 de septiembre. Con tal
motivo solía sacarse a relucir algún antiguo vestido de campesina que era
semejante al de la valenciana, pero de falda listada con vivos colores y
mantilla de bayeta blanca; se habla el castellano. Era antigua costumbre
tradicional el llamado Reconocimiento o visita oficial del novio a la novia,
entregándole una cantidad en metálico, que había de devolver si el matrimonio
fracasaba. Al siguiente domingo del casamiento y convite en casa de la novia,
se celebra la Tornaboda, o sea, hacer otro convite en casa de los padres del
novio.
Historia
El origen de esta ciudad es
seguramente romano; tuvo gran importancia en el periodo árabe y preocupó mucho
su conquista a Jaime I de Aragón y Fernando III de Castilla. Varias veces
fracasó el intento de tomar el castillo y plaza fuerte de Villena por los
caballeros aragoneses. Después los propios moros de Villena se ofrecieron a
entregarse al comendador y los freires de Calatrava, y llegó tarde el infante
don Alfonso de Castilla, quién también ambicionaba la plaza; pero a fin de que
el príncipe de Castilla no estorbase la conquista de Játiva por el rey de
Aragón, éste le cedió Villena a virtud de pacto verbal, que hicieron en su
entrevista habida en los campos de Alzmirra. Fernando III el Santo donó esta
villa con su castillo y la comarca de Villena a su hijo el infante don Manuel;
pero este no supo captarse la simpatía de sus vasallos, que se rebelaron contra
él. Jaime de Aragón vino a Villena en auxilio de los castellanos, sofocando la
sublevación de los moros de Murcia y consiguió la pacificación de Villena y el
perdón del infante.
A don Manuel sucedió en el señorío de
Villena su hijo don Juan Manuel, mas por sentencia arbitral de 1304 pasó a
formar parte del reino de Aragón con otras poblaciones alicantinas que
pertenecían a Castilla; pero por costumbre o negligencia y no por derecho,
volvió Villena a Castilla por ser vasallo de ella don Juan Manuel. En la guerra
de los dos Pedros entre Castilla y Aragón, fue Villena el punto de apoyo de los
castellanos, al mando del maestre de Calatrava, y cuando don Enrique de
Trastamara repartió mercedes entre sus partidarios, instituyó el marquesado de
Villena a favor de don Alfonso de Aragón. Más tarde, en otra guerra entre
Castilla y Aragón, en 1430, fue atacada Villena sin conseguir su posesión los
valencianos. En 1445, Juan II concedió el marquesado de Villena a Juan Pacheco.
Este marquesado fue muy importante, pues comprendía entre otras poblaciones,
las siguientes: Villena, Chinchilla, Alarcón, Iniesta, Belmonte, Alcalá, San
Clemente, La Roda, Jorquera, Hellín, Albacete, Jumilla, Yecla, Sax, Utiel,
Almansa, Villarobledo, Zara, Vélez-Rubio, Vélez-Blanco, Bugarra, etc.
Su último marqués, Diego López
Pacheco, introdujo conversos en los cargos de gobierno y comenzó a hacer armas
contra los reyes, lo cual no pudieron tolerar los vecinos, siempre fieles a Su
Majestad, y se levantaron el 1476 contra dichos conversos, matando a más de
4.000. En recuerdo de este capítulo, al alzar a Dios en la parroquia de Santa
María se tocan cinco campadas en vez de tres, por ser esta la señal convenida
para la matanza de los enemigos de la religión y del trono. Dueños del castillo
y la población, ofrecieron obediencia a los reyes, que les protegieron y
privilegiaron, en la segunda mitad del siglo XV; les perdonaron las muertes de
los conversos; que en lo futuro no podrían ya residir cristianos nuevos en
Villena, ni tampoco ningún Pacheco, que los bienes de conversos fuesen
propiedad del Concejo de la villa, poder sacar ganados a Castilla sin pago de
derechos, celebrar mercado semanal; que nadie pueda ser admitido como vecino
sin probar antes su limpieza de sangre.
Durante el reinado del emperador
Carlos V y tiempo de las Comunidades de Castilla, Villena permaneció fiel al
rey y dieron su sangre los vecinos para reconquistar Alicante, Játiva, Alcira y
otras ciudades y castillos agermanados, y fue Villena erigida en ciudad muy
noble, fiel y leal en privilegio real de 1525.
En
el siglo XVIII pertenecía esta población al reino de Murcia y obispado de
Cartagena, con más de 2.000 vecinos, y siendo cabeza de corregimiento, mandado
por capitán de guerra y su Ilustre Ayuntamiento era de 24 regidores y 4
preeminencias, más 2 diputados y 1 síndico.[2]
Fue erigida en patrona de la ciudad
Nuestra Señora de las Virtudes, cuyo santuario se edificó a 1 legua de
distancia hacia el O. a cargo de Agustinos calzados, desde 1592. En 1515,
Leonor Esteban, viuda de P. Martínez Corral y su hija Juana Martínez fundaron
un convento de Trinitarias, profesando en él dichas fundadoras, que murieron
santamente.
En 1535 fue fundado otro convento de
Franciscanos descalzos. Jaime Ortiz, en 1543 fundó un Hospital dotado con 800
ducados de renta, y se erigieron en el campo 15 ermitas.
En la guerra de Sucesión se pronunció
Villena a favor de Felipe V y en 1707 las tropas del archiduque penetraron en la
ciudad, incendiando el Palacio Municipal y su Archivo, pereciendo un tesoro de
documentos, salvándose algunos libros del siglo XVI y varias cédulas de don
Juan Manuel, las tropas austriacas convirtieron la parroquia de Santiago en
cuadras, derribando las imágenes y violando el Sagrario del Santísimo
Sacramento, por lo que anualmente costea el Ayuntamiento una función religiosa
de desagravio.
En
1711 comenzó la reedificación del Palacio Municipal, bajo la dirección de Cosme
Carreras, Felipe V le concedió a la ciudad el título de Fidelísima y en 1730
una feria anual en septiembre y mercado semanal los jueves.
En
la guerra de la Independencia, Villena fue una de las primeras ciudades que
respondió al grito de libertad y contribuyó al descalabro de los franceses, en
la acción de Castalla de 1813. Después pasó a formar parte del reino de
Valencia, segregada del partido de Almansa, perteneciente a Albacete, en donde
estuvo tres años; y en 1836 fue erigida en cabeza de partido judicial en la
provincia de Alicante. Su castillo fue siempre fuerte, como las murallas de
ciudad, con cuatro puertas denominadas de Alicante, de Biar, de Almansa y del
Molino, Villena tiene por escudo un castillo, un lago, dos peces, tres pinos,
un león rampante y un ala de águila con espada.
Entre
sus hijos más ilustres se cuentan Joaquín María López gran orador político,
presidente del Consejo de Ministros y autor de varios libros, y Ruperto Chapí,
popular compositor lírico.[3]
En
las notas bibliográficas utilizadas para este trabajo se citan las siguientes
publicaciones:
·
De José Zapater Ugeda, Historia de la imagen de Nuestra Señora de
las Virtudes, patrona de la muy noble, muy leal y fidelísima ciudad de Villena;
Valencia 1884.
·
De Villena
Joven, el número extraordinario de septiembre de 1928.
[1] La página 1583, de la guía que estamos transcribiendo, está ilustrada con tres fotografías. La primera del Colegio Salesiano, la segunda de la calle de Joaquín María López y la tercera, que es una vista del castillo desde el ayuntamiento.
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