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ACERCA DEL VILLENENSE, DON JUAN PIÑERO OSORIO, OBISPO DE CALAHORRA Y OBISPO ELECTO DE PAMPLONA (1598-1647)

Interesante personaje, de carácter religioso, nacido en Villena y que hemos considerado interesante aportar algunos de sus datos biográficos, que, como podrán observar, los hemos obtenidos de varias fuentes.


Juan Piñeiro Osorio

Obispo electo de Pamplona (1647). Nació en Villena en 1598, se graduó en Teología en Alcalá de Henares, donde enseñó en 1622-1624 como profesor de artes. Maestro canónico de las catedrales de León y Cuenca, consultó al Santo Oficio y predicador de Felipe IV. Nombrado obispo de Calahorra y La Calzada en 1642, cinco años más tarde fue nombrado obispo electo de Pamplona, muriendo, el 24 de diciembre de 1647, sin tomar posesión, el mismo año de su nombramiento, en Calahorra, en cuya catedral fue enterrado.

Recientemente contactamos con el obispado de Calahorra, quién, de forma muy atenta, nos informó, que a los cinco años de su fallecimiento sus restos, que se encontraban en la capilla de Santa Ana de la catedral de Calahorra, fueron traídos por sus familiares al Monasterio de la Virgen de las Virtudes de Villena, donde reposan en la actualidad, según confirmación que nos realiza verbalmente el villenense Pascual Ribera Hurtado.


Villena, 1 de enero de 2019 - Joaquín Sánchez Huesca

 

Transcribimos seguidamente un resumen de su biografía, realizado por Mollá y Bonet en 1881: 

 

Notable orador sagrado y obispo de Calahorra fue natural de Villena, donde nació el 15 de agosto de 1598. Se distinguió por ser un virtuoso prelado.

Con vocación al estado eclesiástico, estudió en Villena Humanidades, luego pasó a Valencia y en su universidad estudió los clásicos griegos y latinos, en cuyos idiomas salió muy puesto, y finalmente en Alcalá de Henares completó su educación científica y literaria, cursando artes y la facultad de Teología. Se graduó de doctor de la última facultado en la antigua universidad de Osma.

Piñeiro dio principio a su carrera eclesiástica dedicándose con gran lucimiento al ministerio de la predicación cuando apenas contaba veintidós años de edad. Dio principio a estos ejercicios en la parroquia de San Andrés de la ciudad de Valencia. Extendida su fama de buen predicador, bien pronto encontró poderosos protectores que le concedieron cargos según sus méritos personales, uno de estos fue el prelado de Segovia, que lo nombró cura de la parroquia de San Martín de aquella ciudad y luego visitador del obispado.

Tomó el hábito de colegial en el mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares en el año 1623, en cuyo año desempeñó una cátedra de artes en su universidad y sustituyó varias veces las de Teología. Al siguiente año de 1624 pasó a Valencia y predicó la cuaresma en la parroquia de San Juan del Mercado, que es una de las principales iglesias de aquella populosa ciudad. Diligente y estudioso no se deba punto de reposo en los ejercicios de la inteligencia, siendo dado hasta con entusiasmo al examen de materias graves y de difícil solución, y preparado así convenientemente salió a oposición en septiembre de 1626 y obtuvo la canongía magistral del púlpito de la santa iglesia catedral de León.

En 1628 hizo oposición al canonicato magistral de Cuenca, cuya posesión alcanzó en 6 de abril de dicho año. En 1630 se le nombró calificador del Supremo Consejo de la Inquisición, cargo honorífico y ambicionado, desempeñado regularmente por personas doctas, recomendados por sus largos servicios. El desempeño de este cargo le dio en Madrid prestigio e importancia y le dio ocasión para tratar personalmente a las eminencias científicas y literarias de la corte de Felipe IV, monarca más dado a las artes y letras que a la administración y gobierno de sus extensas provincias, el cual pudo apreciar el mérito y elocuencia de Piñeiro en los diferentes sermones que predicó en la capilla de palacio.

En 1642, hallándose el mismo rey en Cuenca, con motivo de la desastrosa expedición a Cataluña. Predicó otro sermón a su presencia, que causó en el monarca profundo afecto y teniendo en lo sucesivo presente las máximas de Piñeiro le fueron útiles en varios difíciles trances. Como prueba de la consideración que le dispensaba, hallándose el rey en Molina de Aragón, le presentó para el obispado de Calahorra en 23 de julio de aquel año, concediéndole el pontífice Urbano VIII su confirmación el día 13 de Julio de 1643. Piñeiro fue consagrado obispo en el Real convento de San Jerónimo de Madrid el 4 de octubre del mismo año por don Pablo Durán, arzobispo de Tarragona, siendo notables las ceremonias por haber asistido como auxiliares a ella los obispos de Ispahán (Persia) y de Siria.

Refieren los escritores contemporáneos que este obispo gobernó su iglesia con la sabiduría y prudencia propias de un virtuoso y docto prelado. Jamás tomaba sus disposiciones sin previo examen y gran mesura y nunca dio ocasión a quejas ni disgustos y colmado de bendiciones por la gratitud  de sus diocesanos alcanzó extremada ancianidad, ignorándose con certeza el día de su fallecimiento.

Aunque en su juventud fue dado a las letras, que cultivó con lucimiento, no dio ninguna obra a excepción de sus pastorales y demás documentos episcopales que merecen ser considerados como modelos en su clase.

 Escritores y Artistas de la provincia de  Alicante, por B. Mollá y Bonet, 1881. Tomo IV, p. 14-16

 

JUAN LÓPEZ PIÑERO OSORIO

    Retrato de la escuela sevillana. Óleo sobre lienzo con unas medidas de 89,9 por 62,3 centímetros. Este cuadro se vendió por 2.000 libras (2.316 euros) en una subasta de la Casa Bonhams de Londres.

    Corresponde a Juan López Piñero Osorio, natural de Villena que fue obispo de Calahora y la Calzada, desde el 13 de julio de 1.643 hasta el 24 de diciembre de 1.647.


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