En la crónica de "la Coronación y las Fiestas" de 1948, que fue escrita por José María Soler García, figura un apartado que se titula: "El Concurso de Carteles" y dice así:
"A partir del 16 de mayo, quedaron expuestos al público en el Salón-biblioteca del Círculo Agrícola Mercantil los trabajos que, en número de ocho, fueron presentados a este certamen, y el día 13 de junio fue dictado su fallo por el Jurado nombrado al efecto, compuesto por don José Menor Domenech, don Luis García Ferriz, don Antonio Cernuda Juan, don Enrique Muñoz Martínez y don Calixto Díaz Navarro.
El premio de quinientas pesetas fue otorgado por unanimidad al cartel que llevaba por lema "Mi Morenica" y del que resultó autor Pedro de Villena, pintor cuyas interesantes obras tuvimos ocasión de admirar durante las Fiestas de 1947 en exposición celebrada en el salón de Actos del Ayuntamiento....
Debemos hacer constar que, en homenaje a "La Morenica", todos los balcones de la ciudad estuvieron engalanados durante las Fiestas con el cartel que obtuvo el primer premio."
Como complemento a esta crónica, he considerado interesante ampliar algunos del ganador del certamen, Pedro García de Villena, conocido como "Pedrucho".
Dedicado este artículo a sus descendientes.
Joaquín Sánchez Huesca
Algunos datos de la biografía de Pedro G. de Villena:
Pintor, muralista y dibujante nació en 1912 en Oujda, Marruecos francés, estudia en Villena y muere en 1977
en la República Dominicana, hijo de padres españoles emigrantes.
Se llama
Pedro García Esteban. Recibe su educación en un seminario católico donde es
enviado a estudiar dado las precariedades económicas de la familia y de la
época. Muy joven aún, abandona el seminario y se traslada a Villena,
pueblo de la provincia de Alicante, donde la persona y el entorno en el que se
desarrolla hacen que Villena impacte en su persona al punto que tomará el
nombre de Villena para consagrar su nombre artístico, optando por abreviar el
García a una simple G. y sustituir el Esteban por el Villena definiendo su
firma artística como Pedro G. de Villena.
En el 1936
le toca pasar la Guerra Civil española, en la que sobrevive a múltiples
epopeyas, y donde pierde la audición de un oído tras la cercana explosión de
una bomba adversaria.
Su vocación
artística se hace manifiesta desde temprana edad, especialmente hacia la
gráfica pictórica-retratista y paisajista. En los años 40 emprende su
acometida artística en un medio muy exigente. Alterna la pintura
con trabajos del área de la litografía. En 1949 presenta su primera
exposición individual. En Valencia, compite en una bienal con una de sus
mejores pinturas “Viejo labrador valenciano” la cual es premiada.
Tras
establecer su juventud en Valencia, allí se dedicó por entero a la actividad
pictórica.
En 1945
contrae matrimonio con Vicenta Orts Esparza, valenciana, con quien procrea tres
hijos: Concepción (Conchín), Pedro y José Vicente. En 1976, fruto de
una unión posterior, nace Rita García Castellanos, quien en la actualidad
reside en la ciudad de Valencia.
En 1951
concurrió a la Bienal del Reino de Valencia con los óleos titulados El tío Balbino y Sinfonía en rojos.
En 1955,
junto a otros artistas españoles, parte hacia la República Dominicana, isla
situada en la zona del Caribe tropical, donde regía una dictadura tutelada por
el General Rafael Leónidas Trujillo Molina, quien en 1956 contrató un grupo de artistas y personal
español calificado, y entre ellos “Pedrucho”, para realizar varios murales en
lo que se llamaría “La Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre”, un
centro monumental de oficinas del Estado.
Tras tres
años de separación del resto de la familia, vuelve a reunirse en Santo
Domingo con su esposa e hijos, fijando allí su residencia, dedicándose a lo que
siempre fue su vocación inequívoca: la pintura.
Fue profesor
de tres generaciones de artistas en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en la
que ingresó en 1958 hasta el momento de su muerte.
En 1961 gana
el primer premio de un concurso de cartelones de publicidad turística
organizado por la Dirección General de Turismo, con su obra “Anacaona”.
Su obra más
célebre y conocida es el retrato tamaño natural del Padre de la Patria Juan
Pablo Duarte, realizado en 1963. Este retrato, junto con otras obras que
realizó de este prócer, es patrimonio del museo Instituto Duartiano. Por
encargo del Banco Central de la República Dominicana realizó otro retrato de
Juan Pablo Duarte tamaño medallón, el cual fue reproducido en los billetes de
banco de la denominación de un peso de la emisión de 1965.
En octubre
de 2002, Julio Portillo, escritor e investigador venezolano publica su libro La Faz de Duarte, Iconografía cuya
portada es el rostro de Juan Pablo Duarte, extraído de una de las pinturas de
Pedro G. De Villena. En la contraportada y en el interior del libro
figuran otras obras de Duarte realizadas por Villena.
La obra de
Villena está compuesta por retratos de personajes históricos y de la
época. Varias de estas obras se encuentran en el Palacio Nacional, en el
Banco Central de la República Dominicana, en la Casa del Tostado, en otras
instituciones públicas y privadas, y en algunos hogares de familias de la
sociedad dominicana.
En 1977 cierra sus ojos para siempre dejando su
obra, no sólo como pintor y muy especialmente como retratista, sino también
como educador en el área del dibujo. Por sus manos pasaron artistas que
hoy son bien conocidos por su destreza y habilidad en el dibujo, lo cual le
asegura un puesto de distinción permanente entre los que fueron sus alumnos.
Dionisio
Blanco, Periódico El Nacional, 8 de agosto de 1982.
(Colaboración
de Concepción García Orts, 30 de abril de 2009)
Bibliografía consultada:
Pintores Alicantinos 1900-2000;
Diputación Provincial de Alicante, 2001
Diccionario de Artistas Valencianos del
Siglo XX, por Francisco Agramunt Lacruz, 1999.
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