Pensil del Ave María. Breve historia
sagrada de Ntra. Sra. de las Virtudes de Villena, escrita en el año 1730 por el
presbítero José de Villalba y Córcoles, con algunas de sus apariciones y
milagros que se veneran en todo el Reyno de Murcia, su Obispado, Ciudades,
Villas y Lugares”, según copia abreviada realizada en Murcia en 1880.
Compilación de datos y resumen de la obra,
realizado por Joaquín Sánchez
Huesca
José de Villalba y Córcoles nació en Murcia a finales del
siglo XVII, según figura en el acta bautismal de la iglesia parroquial de San
Antolín. Fue presbítero de la
Santa Iglesia Catedral de Cartagena, ejerciendo
de prebendado en 1730, administrando la renta o beneficio canónico adscrito a
su responsabilidad doctoral.
(Fuente: “En torno al Barroco: miradas
múltiples”, por Concepción de las Peña Velasco, Universidad de Murcia, Servicio
de Publicaciones 2006)
En el año de 1730
escribió un libro que bajo el título: Pensil del Ave María,
relata la Historia
Sagrada de las Imágenes de María Santísima, con algunas de sus apariciones y
milagros que se veneran en todo el Reyno de Murcia, su Obispado, Ciudades,
Villas y Lugares.
Esta obra está
dedicada a la Divina Emperatriz de Cielos y Tierra, María Santísima,
Madre del Amor Hermoso y de la Santa Esperanza.
Los textos que figuran en este capítulo se obtuvieron de una copia que se realizó en Murcia en 1880, con posterioridad a su primera impresión. Sus realizadores tuvieron la feliz ocurrencia de acoplar el lenguaje de los textos al que se usaba en ese momento, por lo que su lectura resulta más amena y entendible.
El autor tras realizar
un preámbulo centrado en ensalzar a la Santísima Virgen, escribió otro más
corto que tituló “Protesta del Autor” y en su texto manifestó que si se
hallare alguna palabra opuesta a las normas eclesiásticas de aquel entonces,
referidas a la impresión de libros o papeles, se sometería en todo a la
corrección de la Santa Madre Iglesia y del Santo Tribunal de la Inquisición.
El libro está
distribuido en tres partes y el último apartado de la primera parte es el que
está dedicado a Nuestra Señora de las Virtudes en Villena, tras citar a Nuestra
Señora de las Nieves en Chinchilla.
El presbítero Villalba
comienza sus textos con unas referencias centradas en la descripción y
grandezas de la ciudad de Murcia, recordando sus murallas, su cabeza de reino y
obispado, así como las virtudes de sus gentes: benignos, corteses y dados al
conocimiento de los estudios y las ciencias. Muy celosos de la religión
católica y de su recto culto divino; y para la observancia de ello tienen al
tribunal de la Santa Inquisición.
Murcia cuenta con
mercado todos los jueves del año, así como una feria anual, que dura quince
días y que antes comenzaba el día de San Miguel y posteriormente se cambió de
fechas, pasándola al 25 de agosto. Dicha feria se caracteriza por ser franca y
libre.
Respecto a la
distribución geográfica, nos informa el autor que el reino y obispado tiene de
largo cincuenta y ocho leguas y cuarenta de ancho. Cinco son las ciudades con
que cuenta: Murcia, Cartagena, Lorca, Villena y Chinchilla, más cuarenta villas
y sesenta y nueve aldeas. En la demarcación religiosa hay siete arciprestazgos,
cuatro vicarías y una iglesia colegiata que es la de Lorca.
Sobre las epidemias de
peste, cita textualmente:
“Pues el año 1648 padeció Murcia y todo su reino y una
parte de España, aquella peste tan terrible que causa admiración y espanto al
referirla, cuyas circunstancias referiré en el capítulo que trata de los
milagros de la Santísima Virgen de las Virtudes, que es para quién el Altísimo
guardó el milagro por la intersección de su bendita madre en esta Santa
Imagen.”
Tras la
introducción citada, nos centramos en el Capítulo 27º de la primera parte del
libro y que lleva por título:
“De la milagrosa imagen de nuestra Señora de las
Virtudes, que se venera en la ciudad de Villena”.
“A la milagrosísima
imagen de las Virtudes venera la muy noble y leal ciudad de Villena dándole
obsequiosos cultos. La venida y origen de esta gran Reina, se halla pintada en
un lienzo grande en el claustro del convento de los padres de San Agustín
extramuros de dicha ciudad y es así: Está pintada esta gran Señora en medio del
lienzo y alrededor tiene diversas descripciones que destacan la verdad del
caso. Dice una de esta suerte:
En el año 1478 huyendo
de una gran peste, se retiraron los ciudadanos de Villena a la fuente del Chopo
y determinaron para librarse de ella, hacer una ermita al Santo que cupiera por
suerte. Y tres veces le cayó la suerte a la Virgen María Ntra. Sra. de
las Virtudes y en el mismo sitio le edificaron su casa; y cesó la peste, y
estando edificada vinieron dos mancebos en hábito extranjero y entregaron la
santa imagen y desaparecieron.
En otra inscripción
está pintado como edificaron la Iglesia y dice así: Dio cal una calera para
todo el edificio. En otra están los ciudadanos de Villena echando suertes del
santo que le habían de edificar el templo. En otra hay diferentes imágenes de
nuestra Sra en una caja y dice así: vinieron dos mancebos extranjeros,
entregaron la imagen y desaparecieron. En otra separación hay otros personajes
y uno de ellos tiene a nuestra Sra en sus manos y dice la tarjeta: Recibieron
los ciudadanos la imagen y la colocaron donde hoy tiene una casa. Esto es lo
que se halla en el cuadro antiguo de dicho convento, de donde inferimos haber
sido la venida de esta divina imagen milagrosa a la ciudad de Villena, por la
mucha devoción que los ciudadanos le habían de tener. Vino también en ocasión
de peste, para darnos a entender ser poderosa su intersección para librarnos de
otras pestes, como se ha visto en los años antecedentes que este reino de
Murcia las ha padecido.
Descripción de la Sagrada Imagen y del
Camarín
Un camarín es la
concha que encierra a este divina perla en la capilla mayor, adornado con
diversas y ricas alhajas que le hacen más precioso. La estatura de la imagen es
de cinco palmos y es de talla; pero ya hoy se viste para su mayor adorno con
ropajes y vestidos muy preciosos, que la multitud de milagros que ha obrado y
su devoción ha adquirido. Son también muchas las joyas de inestimable valor que
penden de sus divinas manos y vestidos. Es en sumo agrado su rostro hermoso
pues todo él despide belleza y gracias a los que la miran. Es un atractivo imán
su vista, pues el que una vez la ha visto, no puede olvidar su hermosura y su
gracia. Tiene en su celestial cabeza una rica imperial corona, representación
de la gloriosa que posee a la diestra de su Stmo Hijo. Empléase su brazo
derecho en sustentar y abrazar a su Hijo preciosísimo, que este es muy parecido
a su Madre, tiene el rostro un tanto vuelto al niño y no sin milagro grande; y
es que un ladrón llevado de su codicia quiso hurtarle al niño la corona y no pudiendo
llevar la Madre tan sacrílego atrevimiento volvió el rostro al ladrón como
amenazándole con su vista, y desde entonces quedó su cabeza vuelta al niño.
Patrona de Villena
A la Stma Virgen de
las Virtudes tiene la ciudad de Villena por Patrona y para mostrarse agradecida
a los singulares favores que de esta soberana Reina tiene recibidos, hizo voto
con el cabildo eclesiástico, el asistir todos los años el día de la Anunciación
de Ntra Sra a celebrar su fiesta. En todas sus necesidades acude al patrocinio
de su patrona y siempre sale bien despachada de su Tribunal.
El convento, o por
mejor decir la concha preciosa que encierra en sí tan soberana perla, está
distante de la ciudad de Villena una legua corta”. Fundado a la falda de un
risco que le hace más deleitable y vistoso, y no lejos de allí, muchos pinares
y otros distintos árboles que visten y hermosean el valle y aunque tan distante
a la ciudad, es mucho el concurso de los devotos que frecuentan la iglesia,
unos a cumplir sus votos y promesas, y otros a pedir a esta celestial Madre el
socorro en sus necesidades. Está el templo de infinitos milagros adornando,
como son: lienzos de diversas pinturas, cadenas grillos, banderas, navíos y
otros muchísimos que no sólo llenan las paredes de la iglesia, sino también
están llenas las paredes del claustro”.
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