Con motivo de las Bodas de Oro de su Coronación Canónica, del 13 al 20 de mayo se llevaron a cabo en Villena unas jornadas marianas y con tal motivo fue traída a la ciudad la sagrada imagen de la Virgen de las Virtudes.
Resumen de la visita
El recibimiento en Villena tuvo lugar en el paso a nivel a las 7,30 de la tarde. Fue llevada a Santiago por las siguientes calles: Gil Osorio, Menéndez Pelayo, Blasco, plaza de Águeda Hernández, Maestro Guillén, Puerta de Almansa, Ramón y Cajal y plaza de Santiago.
A lo largo de toda la semana, a las 6,30 de la mañana comenzaba el traslado a las distintas parroquias de Villena.
La vuelta al santuario se produjo el domingo 20, con el siguiente itinerario: Capitán López Tarruella, Trinidad, Dª Isabel, Paseo de Chapí, Cristóbal Amorós, Cervantes, Sancho Medina y despedida oficial en el paso a nivel.
En la comitiva de despedida participaron los alféreces de las comparsas y Regidora y Madrinas, ataviadas con el traje de verano.
El reportaje fotográfico, que figura a continuación, fue realizado por Paco Domene Milán; quién gentilmente nos ha cedido estas fotografías para realizar este artículo.
Tras las fotos de la visita al Asilo de ancianos, publicamos el relato de como transcurrió dicha semana, de ahí que lo hemos titulado: CRÓNICA DE TODA LA SEMANA.
Villena, 9 de diciembre de 2018
Joaquín Sánchez Huesca
Es importante resaltar la coincidencia de la Virgen de las Virtudes con la Virgen de Fátima en la iglesia de Santiago el sábado día 19 y muy bonita el cruce de ambas imágenes en las "cuatro esquinas". Las Virgen de las Virtudes iba a visitar la iglesia de la Congregación (Hermanas Trinitarias) y el Asilo de Ancianos Desamparados.
CRÓNICA DE TODA LA SEMANA
Durante
la semana del 13 al 20 de mayo, vivió nuestra ciudad unas jornadas de intensa
devoción mariana con la estancia de Ntra. Sra. de las Virtudes en todas y cada
una de las parroquias de la población.
La
presencia extraordinaria de la Patrona, motivada por el cincuentenario de su coronación
canónica, coincidió felizmente, el sábado 19 de mayo, con el Paso de la Virgen
de Fátima por las calles villenenses y su albergue durante unas horas en el
templo arciprestal de Santiago.
El
boletín nº 4 referido a los meses de
mayo, junio y julio nos ofrece la Crónica
de las Jornadas Marianas, que vamos a recordar a continuación, juntamente con
el orden y los itinerarios que recorrió la Sagrada Imagen:
El
domingo 13 de mayo, terminada la Misa de 11, se trasladó la Venerada Imagen
desde su camarín a las andas de viaje, y llevada procesionalmente por las
mujeres hasta el final de la nave, quedó llena de flores preparada para la
marcha de la tarde. Se inició a las 4,30 en punto, sorprendidos todos con la
cantidad de romeros que fueron a traerla. El camino viejo se llenó enseguida
con la larga cinta que iniciaban los adelantados, camino del crucero, del
arenal, de la mesa sobre el puente de la Acequia del Rey, cantando el Santo
Rosario y las plegarias marianas hasta San Bartolomé, con su alegre volteo de
campanas y la parada para reponer energías con la ligera merienda. Veinte
minutos después se reemprende la marcha. Parada sobre flores en La Casita y a
las 7,30 en punto la Virgen estaba ante su pueblo y era recibida con la emoción
de la plegaria encendida, en la tarde espléndida del florido mayo, congregados
en el paso a nivel, en multitud hermanada a recibir a la Madre en jornadas de
rezos y plegarias, para durante una semana estar con Ella, vivir con Ella, sin
otro programa ni otro motivo, nada más que Ella.
En
apretada multitud, a hombros de todo el pueblo, tras cruzar el paso a nivel y
ser recibida en la plaza de la Virgen, continuó por las calles Gil Osorio,
Menéndez Pelayo, Emilio Hernández (Blasco), Maestro Guillén, Plaza Águeda
Hernández, Puerta de Almansa y Ramón y
Cajal, se llegó al templo de Santiago,
que fue impotente para recibir toda la multitud. El Padre Rodríguez, Misionero,
pronunció el Pregón de las Jornadas Marianas, y extrañado porque cuando terminó
el público permanecía en la iglesia, dijo: “como veo que nadie tiene prisa en
marcharse, voy a comenzar otro Rosario”. La iglesia estuvo abierta hasta pasada
la medianoche.
A
las 6,30 de la mañana siguiente, lunes, fue la primera sorpresa de los
traslados. Una asombrosa multitud enriquecía el traslado mañanero de la Sagrada
Imagen a la Parroquia de San Francisco. El recorrido fue el siguiente: calles
Teniente Hernández Menor, Calvo Sotelo, Juan Carreras López (Baja) y carretera
de Biar. El Poblado de Absorción la recibió con una gran pancarta y los
balcones de las casas estaban adornados de colchas nupciales, de guirnaldas
y banderas puestas durante la noche por
la enfervorizada vecindad que quería ofrecer su flamante barrio, como
testimonio de la satisfacción de ser visitado por vez primera por La Morenica.
Sus hombres jóvenes la portaban desde Santiago. Estaba en sus manos y andaba
vigorosa al paso orgulloso de la más pura alegría. Cuando llegó al templo de
San Francisco, era tal la multitud que la Misa tuvo que celebrarse en la explanada.
Durante el día fue un jubileo del pueblo y en especial del Barrio, igual que en
las solemnidades de la tarde-noche, puesto que a las 7,30 se rezó el Santo
Rosario, seguido de la celebración Eucarística.
Se
tuvo la ocurrente idea de embotellar
vino, poniendo como etiqueta una estampa de la Virgen, rodeada por una borla
que decía: “Recuerdo de la visita de La Morenica al Barrio de San Francisco.
A la
mañana siguiente, martes, a las 6,30 comenzó el traslado a Santa María,
acompañada de una gran multitud que, durante todo el día fue un rosario de
visitas, emocionada Santa María la vieja, que era como cariñosamente la llamaba
el Padre Rodríguez, incansable hombre de Dios que dirigía emocionadamente las
Jornadas.
El
miércoles, impresionó el traslado por las calles Rambla, Garrofero, Pedrera,
Prim, Hernán Cortés, José Ayelo (Pintor Sorolla), A. Giménez (Copo) y Luis
García; calles que en el límpido azul mañanero fueron cauce de simpatía para el
tumulto que el gentío acompañante arropaba con la Virgen al vecindario que
agarraba el instante del Paso con el corazón en los ojos. Llegó hasta el templo
de los Padres Salesianos, siendo recibida con tracas y carcasas. En su gran
patio se realizó la Santa Misa entre voces juveniles y guitarras de alegría. Al
igual que todos los días, por la tarde a las 7,30 se rezaba el Santo Rosario y
a continuación la Santa Misa con su correspondiente Homilía Mariana.
Era
realmente impresionante ver por las mañanas las carreras para darle los buenos
días a la Virgen de las Virtudes, acompañarla un rato y acto seguido marchar al
trabajo.
El
jueves se llevó a la Parroquia de la Paz por el siguiente recorrido: San
Sebastián, Coronel Selva, Celada, Cisneros y Avda. de José Antonio
(Constitución). Ahora bien, hubo una improvisación y es que se atendió el ruego
del Barrio de la Constancia para que pasara por él, y así se hizo, con la grata
sorpresa de ver a sus gentes colocando colgaduras y guirnaldas en testimonio de
ofrenda. En la iglesia de la Paz, precisamente por su pobreza actual, todo resultó
más hermoso. Sobre todo, ese llenarse la iglesia, a la una, a la salida de las
fábricas, y a las tres menos cuarto, momentos antes de comenzar la jornada
vespertina. Y juventud con la Virgen, jóvenes y muchachos, con minifalda o pelo
largo, pero con un pecho sembrado de amor a la Virgen.
Y de
la Paz a Santiago, en el amanecer del viernes día 18, pasando por las calles:
La Revoltosa, Martínez de Olivencia, Párroco Nadal, San Sebastián, Jacinto
Benavente, General Mola (Escultor Navarro Santafé), Juan Chaumel, Ramón y Cajal
y Plaza de Santiago.
Y el
sábado sucedieron varios momentos muy emocionantes; el primero cuando la Virgen
de las Virtudes, en el templo de Santiago, recibió la visita de la Virgen de
Fátima y durante unas horas estuvieron las dos imágenes juntas.
Por
la tarde, bajando La Morenica a las cuatro esquinas, camino de la capilla de la
Congregación de las Monjas Trinitarias, cedió el pasó por la Corredera a la
Virgen de Fátima que se despedía de Villena. Tras la visita a las monjas, La
Morenica partió para la capilla del Asilo de Ancianos, pero era tal la
afluencia de gente, que rápidamente se tuvo que improvisar, visitando el Asilo,
pero por la entrada de la calle Ferriz y en la explanada del mismo se le
hicieron los Rezos.
El
domingo, en Santiago, a las 10, la Misa concelebrada estuvo presidida por el
Sr. Obispo de la Diócesis don Pablo Barrachina.
Tras
finalizar la Santa Misa, se organizó la comitiva de despedida, que la inició la
Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de la Soledad, que también fue a
recibirla. La Morenica contó también con la escolta de las Regidoras y Madrinas
de ese año, así como de los Capitanes y Alféreces de las catorce comparsas.
El
recorrido de despedida transcurrió por las calles Capitán López Tarruella,
Trinidad, Dª Isabel, Paseo de Chapí, Cristóbal Amorós, Cervantes y plaza de la
Virgen.
Una
despedida emocionantísima para los que hicimos ese recorrido y un pasillo de
despedida muy entrañable el que, improvisadamente organizaron los cargos festeros, amenizados por los sones de
la citada banda de cornetas.
Artículo elaborado por Joaquín Sánchez Huesca, con fotografías del Centro local de Documentación Veliusycia y de Paco Domene Milán.
2 comentarios:
Joaquín hay otra visita semanal a Villena por los 500 años de la Virgen en Villena. Verdad?
Luego vino en el mes de abril de 1999. A continuación he publicado un pequeño video de algunos momentos de los traslados. Un saludo, Chimo
Publicar un comentario